Periodistas tucumanos debatieron sobre los discursos de odio

En la mesa “Construcción de estrategias para la moderación de discursos de odio en los medios tradicionales y digitales. Discursos de negación y distorsión sobre el Holocausto y otros genocidios” coordinada por Dardo Fernández y en la que participaron Ignacio Golobisky, Tina Gardella, Santiago Sibaja   y Federico Van Mameren se debatió sobre las posibilidades de que los medios de comunicación asuman un papel relevante a la hora de combatir los discursos de odio.

Por la mañana el senador Pablo Yedlin había expresado que “estas jornadas de debate están dirigidas a los medios y a los periodistas porque son la herramienta que tenemos para evitar la proliferación de los discursos de odio, son la vacuna contra la intolerancia. Son los que pueden trabajar con información, chequearla y generar polos de resistencia y lucha contra el odio”.

Dardo Fernández presentó el panel y destacó que en esta oportunidad se trata de un debate “100 % entre tucumanos, todos los integrantes van a opinar conociendo la realidad de esta provincia”   

Santiago Sibaja, periodista de eltucumano.com, responsable de las secciones de Política, Deportes expresó que los periodistas “somos actores preponderantes de los discursos de odio y tenemos que tomar consciencia de que nuestro trabajo impacta e influye en los demás. Debemos intentar ir a la profundidad de los temas que abordamos y no quedarnos en la superficie que promueve la grieta. No tengo la respuesta, pero sé que nos tenemos que comprometer con las estrategias que busquen mitigar el odio”.

Ignacio Golobisky, abogado y periodista,  Ex subsecretario y luego secretario de Prensa y Difusión del gobierno de Tucumán, ex Vicepresidente de Canal 10 de Tucumán reflexionó sobre los mitos que a lo largo de la historia fueron diseminados por los medios. Hizo alusión al cierre de los ingenios azucareros de 1966 y que las ideas estigmatizantes contra esta actividad tucumana bajó también desde los medios y atravesó a la sociedad. “Eso no fue inocente, a partir del cierre de los ingenios a los sobrevivientes de la industria azucarera, que era una actividad que promovía derechos colectivos, se los transformó en cuentapropistas. Siempre hay una intención política atrás de un discurso de odio”, señaló.

También puso como ejemplo a los actores que dieron entidad al delirante Plan Andinia como una manera de justificar ideas anti semitas en Argentina. “Hoy con las redes es peor, porque el anonimato envalentona a los cobardes. Las redes favorecen los discursos de odio y que se le dé entidad a violentos. Sé que es una discusión entre Libertad de Expresión y límites éticos”.

Federico van Mameren, secretario de redacción de La Gaceta de Tucumán, conductor del programa Panorama Tucumano sobre política y actualidad reivindicó la actividad periodística y apuntó contra los políticos que “miran con desconfianza a los periodistas y creen que buscan enemigos en su trabajo cotidiano. El periodismo para mí es la búsqueda utópica de objetividad porque eso permite trabajar más cerca de la verdad, el periodismo no tiene enemigos, es una tarea que debe concebirse independiente”.

Luego agregó que “admiro profundamente la figura de Ana Frank, una enorme mujer, y a partir de su historia podemos entender que el odio siempre necesita otro a quien odiar. Y si yo hago el ejercicio de ponerme en el lugar del otro, el odio no tendrá lugar”.

Concluyó diciendo que “mientras el odio es fanatismo puro, el periodismo es el responsable del dialogo social, es el garante del pluralismo y de la circulación de todas las voces. Hay que tomar consciencia de que el diálogo es el salvoconducto para que los discursos de odio no tengan cabida. El periodismo es hablar de verdad, de instituciones y de democracia”.

Cerró la mesa Mary Esther ‘Tina’ Gardella, licenciada en Comunicación Social, Locutora Nacional, y docente en la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la FFYL-UNT señaló que “Comunicación es lo que sostiene el vínculo social, por eso a veces genera condiciones de producción de violencia materiales y simbólicas. Tenemos que retomar el legado de las luchas por los derechos humanos que nos enseñan que no hay que responder en espejo, no hay que replicar los modos de los violentos, sino generar diferencia para decir No somos lo mismo. La comunicación en la práctica debe restaurar lo que quiere ser negado y lo que ha sido negado”.

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