Eva Perón siempre será nuestra Abanderada de los humildes

En tres oportunidades, mientras gobernaba el país Juan Domingo Perón, Evita pasó por nuestras tierras tucumanas para cumplir con sus roles habituales y dejar inauguradas obras y mejoras. En 1946 ella y su comitiva cenaron en el club Natación y Gimnasia, para luego participar de actos en los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, en Monteros y en Concepción. Cuentan las crónicas que los potentes y encendidos discursos de Evita eran inéditos por entonces. 

En 1948 Eva no llegó a Tucumán en avión, sino que la multitud la aguardó en la estación del ferrocarril frente a la plaza Alberdi a donde arribó en uno de los medios de transporte más populares de entonces: el tren. En la entrada de Casa de Gobierno y con una plaza Independencia colmada fue abordada por personas que le solicitaron distintos tipos de ayuda y a quienes escuchó con su entrega habitual. Ese día Eva dejó inaugurados el hogar-escuela del parque 9 de Julio, dos barrios obreros y la pavimentación del camino entre Banda del Río Salí y Cevil Pozo. Eva, con sus 29 años ya era una figura política arrolladora. El 4 de junio de 1950, con Fernando Riera como gobernador Eva encabezó un acto ante una muchedumbre en donde se destacaba la simoqueña Lucía de Jesús de Beltrán, que sostenía la bandera en representación del Movimiento Femenino, a quien Eva saludó con mucho afecto. Ese día inauguró el Hogar Escuela Presidente Perón y los tres obreros que mejor se habían desempeñado durante la construcción fueron seleccionados para izar la bandera.

María Eva Duarte de Perón falleció el 26 de julio de 1952 y más de dos millones de personas colmaron las calles por donde pasó su féretro, en un velatorio que duró dos semanas. Había nacido en Los Toldos, en el noroeste bonaerense, un 7 de mayo de 1919, Eva María Ibarguren, fue hija ilegítima del estanciero y conservador Juan Duarte y de la puestera Juana Ibarguren. Esa misma circunstancia le dio un primer motivo de lucha. A los 11 años con su familia se mudó a Junín, donde descubrió su vocación de actriz. Actuó en películas, radioteatros, y fue tapa de revista allá por mediados de la década del 30. Pero siempre la movió un impulso por iniciar su militancia social, participando de la creación del primer sindicato de trabajadores de radio.

Con 24 años conoció al teniente general Juan Domingo Perón, el hombre fundamental de la Revolución de 1943. Poco después del icónico 17 de octubre se casaron. Desde entonces Eva lo acompañó y adquirió un protagonismo nuclear en la vida política argentina.Eva creó la Fundación Eva Perón y fue la impulsora del Partido Peronista Femenino. Por entonces para las masas humildes ya era Evita, la de una inusual capacidad como organizadora y claramente una mujer de acción que consiguió desatar una pasión intensa que perdura hasta hoy en la cultura, la sociedad y la política.

Eva erigió una estructura manejada por mujeres que acercaba ayudas y soluciones sociales en cada rincón de la Argentina.  Los centros de base fueron lugares de aprendizaje de artes y oficios, educación auxiliar, enfermería y todo tipo de ayuda.

Ese fue el germen del Partido Peronista Femenino que consiguió extender la representación política y favorecer ese monumental movimiento popular que lideraba Perón.

En 1947 Eva se puso al hombro la campaña por el voto femenino que con la ley 13.010 llegaría a legalizarse el 23 de septiembre de ese año. Un verdadero avance en el derecho para las mujeres. 

Como millones de mujeres, Evita votó por primera vez en 1951, pero lo hizo desde la cama porque su enfermedad ya estaba muy avanzada. En esas elecciones resultaron elegidas 23 diputadas (15,4% del total), mientras que 6 senadoras tendrían una banca en la Cámara alta (20%). Las mujeres superaron en cantidad de votos peronistas a los varones en todos los distritos. Eva había conseguido que las mujeres representen una verdadera ampliación de los sectores que le daban apoyo al gobierno de Perón.Luego de luchar con valentía contra un cáncer de cuello de  útero, el 26 de julio de 1952 murió. En ese mismo momento nació el mito que se engrandece con el correr de los años. Eva, la abanderada de los humildes.

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